jueves, 9 de junio de 2011

Arqueología; cómo empezar.

Tras mucho tiempo, en que por diversas circunstancias he estado centrado en otros asuntos, me dispongo a retomar este humilde proyecto. Y lo hago con mas ganas aún si cabe. Para ello hoy hablaré de como iniciarse en el mundo de las excavaciones arqueológicas. Este es un terreno de difícil acceso y son precisamente las dificultades que uno de mis amigos ha experimentado en el mismo las que me mueven a escribir esto. El principal problema radica en algo que, por desgracia, nosotros no podemos solucionar; la crisis económica ha supuesto el hundimiento de la construcción en nuestro país. Dado que numerosas autonomías solo concedían licencias a excavaciones de emergencia, ampliamente relacionadas con la construcción de nuevos inmuebles, la actividad de las empresas arqueológicas ha descendido drásticamente. ¿Qué caminos nos quedan?


Una imagen de una excavación de emergencia. 
Una de tantas que se sucedieron en tan poco tiempo.

La primera es la ya comentada, es decir, las empresas dedicadas a las actividades arqueológicas y patrimoniales. Sucede que, al haber una menor demanda, existe un descenso de la contratación y las personas que son captadas suelen tener una capacitación mayor a la del estudiante que incluye, entre otras cosas, masters como este. Hoy en día una empresa, además, no contrata a alguien sin las debidas garantías. Cuestiones de la legislación laboral que no se daban hace treinta años. La segunda opción es la de las excavaciones relacionadas con instituciones y universidades pero, como ya hemos comentado, las licencias también son escasas en este terreno. Es un medio complejo que depende mucho de la universidad de la que provenga el alumno y de el interés que este presente. Entre mi amigo y yo hemos encontrado magníficos ejemplos en Cataluña ligados, en la mayoría de los casos, a la Prehistoria. Lo podemos ver aqui. Existen excelentes blogs que hacen un recorrido de estas excavaciones y este tampoco es nuestro objeto de estudio. Otra magnífica muestra.

Queda un último ejemplo. Ojo, un último ejemplo de los que yo conozco que bien pueden no ser todos. Es mi opción favorita tanto por vinculación personal como por preferencias académicas. Dentro de lo segundo, se supone que todas las personas que acuden a un curso de arqueología son seleccionadas y que, por tanto, acreditan un nivel suficiente de conocimientos. Además estos cursos tienen un plus y es que suponen un mérito más que notable para incluir en el curriculum vitae de un futuro arqueólogo. El más importante, en nuestro país, es el Curso de Arqueología de Ampurias que, no obstante, es complicado en su fase de acceso, en la universidad propia, que puede llegar a ser un tanto oscura. Yo mismo he podido comprobarlo pues acudiré a este curso el próximo julio. A la zaga le sigue el Curso Internacional de Arqueología Clásica en Baelo Claudia del que ya disfruté el año pasado. He aquí la vinculación sentimental. Trabajé con compañeros excepcionales y dispuse de un ambiente, difícilmente comparable al de las aulas, con dos profesionales de gran calidad como Dario Bernal y Alicia Arévalo.


Bolonia, paraíso en la Tierra y sede de un gran curso
de arqueología clásica.

No hablo más de esto, ni pongo enlaces, porque espero dedicarle una entrada completa a estos cursos muy brevemente. Sintiendo mucho el retraso, un saludo.